Mi amigo el duende

El bosque andino – patagónico de la comarca en la que vivo sufrió a partir de los años ’70 la brutal embestida del desarrollismo capitalista. En nombre de ese “desarrollo” se talaron varias decenas de miles de hectáreas de árboles nativos y luego se reforestó con especies exóticas. La industria maderera señoreó, con el aval y la promoción del Estado y su ropaje de corrupto negocio. El impacto social, el cultural, el ambiental - además del económico, que no fue ninguna explosión de bonanza – se sienten hasta hoy. Hoy tenemos enormes plantaciones de pino en lugar del bosque nativo, guardián de la vida y pleno de belleza. Esta canción nació allá por el ’88. Quiso ser canción infantil, pero luego eligió otro sendero. Un pensamiento ante el rugido de las motosierras.


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Letra y partitura