Vivo en un valle cordillerano de los Andes patagónicos. Rodeado de montañas, es un sitio fértil en demasía. “Aquí lo que se tira, se da”, suelen decir los pobladores. Pero los cultivos necesitan del agua para ser cosechas. Y las sequías son un azote para los sueños cosecheros. Cuando este tema nació – mediando los ´80 – salíamos de una larga seca. Los chacareros festejaban la lluvia como quien vuelve a nacer. El trigo, la avena, las papas y demás siembras, también. Eso canta la canción. Años después, llegó la “fruta fina” y la producción se reconvirtió en gran medida. Hace unos años, Después de la sequía fue propuesta como “himno” de la Fiesta Nacional de la Fruta Fina. Me dio gracia, porque la canción era, si no contraria a eso, por lo menos alabanza de otra cosa.
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